Haz click en la casita para volver a la pagina principal --->>

Ahora lo entiendo todo

 


Hace unos días fui a ver Due Date, película que llegó a los cines en México y a otros países de Latinoamérica con el ridículo nombre de Todo un Parto; para mí terror,
el título no fue lo más desastroso de la experiencia.  Al iniciar la proyección, todo perfecto, incluso pude ver los cortos de Tron, que en el cine se ven mucho más impactantes que en la pantallita del iPhone, pero al comenzar ahora sí la película, escuché con terror a Robert Downey Jr. decir en un español con un pronunciado
acento del centro del país “órale, no manches”.

Está por de más decir que en ese momento me levanté de la sala y me encaminé
hacia la salida. No sin antes alcanzar a escuchar el típico “oríllese a la orilla”  y un
no manches güey”. Busque a la ‘gerente en turno’ de Cinépolis, para decirle que
la película era realmente insoportable, y que si podía darme un par de boletos para
ver la versión subtitulada en otro de los complejos de Cinépolis. Para acabar
pronto, me dijo que no, así que al momento de escribir esta columna aún no
la veo.

Cinépolis en este momento está en una situación similar a Telmex/Telnor (o por lo menos en el noroeste del país), son básicamente la única opción y están muy
confiados. Para no ir tan lejos, antes de que Cinépolis adquiriera CinemaStar, la calidad del servicio, el trato del personal y las políticas eran mucho más amigables
con el cliente. El cine en México está entrando en una buena racha, desde hace
muchos años no se veía tal afluencia a las salas; espero que empresas como
Cinépolis no echen esto a perder.

Retomando el tema de los doblajes, siempre he pensado que no deberían de existir, salvo en películas infantiles, y esto por una sencilla razón, la ¡pasión! Un actor se encuentra en el set o en locación, experimenta toda la emoción de la película, aparte
de que él es la ¡estrella! ¿Cómo podríamos comparar la emoción o la intensidad que
el actor real le imprime a su voz, con la de un desconocido en una salita deprimente viendo escenas de la película y tratando de sonar creíble?

Llegando a casa me di  a la - nada fácil – tarea de investigar quién pone los títulos en español. Después de varias horas de búsqueda infructuosa, llegue a esta explicación, que siendo honestos sospecho no es del todo cabal:

“Los títulos no se traducen, eso sería demasiado fácil para las mentes enfermas que
se dedican a tan delicada labor. El proceso es el siguiente, se reúne la comisión encargada de dar nombre a la película, se encierran por tres días en un casa en la montaña alimentándose sólo de hojas secas de coca, mariguana y pastillitas masticables de LSD; tras tres días de concentración, dedican tres horas más a
peleas desnudos en el barro, intentando con verdadera dedicación producirse las más horribles lesiones cerebrales a base de golpes; después, limpian sus ojitos con un papel de lija fino y a continuación observan unos 15 segundos de la película (tomados
al azar de momentos diferentes del film), y de ahí, y por consenso, el primero en hacer del ‘dos’ usa sus propios excrementos para escribir en un papel el título. Como ven
es un método profundamente científico y exige una gran dedicación; y de él nacen las grandes obras maestras de la titulación de películas en este país.”

Después de leer eso, solo puedo decir: ahora entiendo.

   
blog comments powered by Disqus